martes, 29 de marzo de 2011



¿Tienes alguna vez tiempo para pararte a pensar? ¿Te has emborrachado tanto alguna vez como para que todas las luces te parezcan estrellas? ¿Alguna vez te has hinchado a llorar? Yo lo hago de vez en cuando. Todo el mundo se está volviendo verde, ahora que por fin éramos rojos. Todo lo que hemos dicho y hecho, lo hicimos y dijimos demasiadas veces. No te creerías la de veces que temo girar la esquina por si te encuentro al hacerlo, pero no, cuando lo hago nunca estás.  ¿Dónde se ha metido todo el mundo hoy?



domingo, 27 de marzo de 2011



Reunámonos a media noche y déjame escucharte decir que todo va bien, dónde yo no tenga que hablar a mi conciencia y tú no tengas que escuchar fragmentos de noticias y ocurrencias tardías, ni escenas complicadas.

jueves, 10 de marzo de 2011

   


Siempre que me quedo sola esperando a alguien dentro de un coche tengo muchos tipos de reflexiones. 
En esta última miraba a lo lejos. Ya casi era de noche y la poca luz que se veía en mi posición era la de un semáforo parpadeando y la de otros muchos coches siguiéndole al compás con sus intermitentes. 
En la radio siempre tiene que salir algún tipo de canción que acompaña tanto a ese compás, como a mis reflexiones. No sé si será cosa del azar o de mi cabeza, pero la canción acaba recordándome a alguna situación, a alguna anécdota o algún sentimiento fuerte, cosa que me martiriza. 
Al menos, esta vez. 
He intentado muchas veces jurarme que nunca más entrometería una canción como recuerdo en algún tipo de momento intenso en mi vida, o insignificante. Bueno o malo. Porque sé que a la larga, a los días, los meses, o incluso los años, saldría esa dichosa melodía interrumpiendo mi mente y haciéndome recordar todo eso que pasé alguna vez, o eso que ya no está, o cualquier persona que notó con esa canción lo mismo que sentía yo. 
Yo misma sé que en vez de eso podría sonreír tontamente recordando, y mira que lo hago, al menos una pequeña mueca, pero al final siempre me gana el deseo de volver a estar ahí, donde viví cientos de emociones junto a esa banda sonora de los momentos de mi vida.
Por desgracia acabo entendiendo que es una propuesta inútil, miles de canciones acabarán involuntariamente dentro de mi con recuerdos incrustados. E innumerables veces sonarán en innumerables radios. 
Y como mínimo, me harán tener este tipo de reflexiones y promesas. 
Por suerte llegó la persona que esperaba y me alejó de todo lo que pensaba. Me quedé, una vez más, con esa canción de fondo y mi pasado recuerdo, presente.