jueves, 10 de marzo de 2011

   


Siempre que me quedo sola esperando a alguien dentro de un coche tengo muchos tipos de reflexiones. 
En esta última miraba a lo lejos. Ya casi era de noche y la poca luz que se veía en mi posición era la de un semáforo parpadeando y la de otros muchos coches siguiéndole al compás con sus intermitentes. 
En la radio siempre tiene que salir algún tipo de canción que acompaña tanto a ese compás, como a mis reflexiones. No sé si será cosa del azar o de mi cabeza, pero la canción acaba recordándome a alguna situación, a alguna anécdota o algún sentimiento fuerte, cosa que me martiriza. 
Al menos, esta vez. 
He intentado muchas veces jurarme que nunca más entrometería una canción como recuerdo en algún tipo de momento intenso en mi vida, o insignificante. Bueno o malo. Porque sé que a la larga, a los días, los meses, o incluso los años, saldría esa dichosa melodía interrumpiendo mi mente y haciéndome recordar todo eso que pasé alguna vez, o eso que ya no está, o cualquier persona que notó con esa canción lo mismo que sentía yo. 
Yo misma sé que en vez de eso podría sonreír tontamente recordando, y mira que lo hago, al menos una pequeña mueca, pero al final siempre me gana el deseo de volver a estar ahí, donde viví cientos de emociones junto a esa banda sonora de los momentos de mi vida.
Por desgracia acabo entendiendo que es una propuesta inútil, miles de canciones acabarán involuntariamente dentro de mi con recuerdos incrustados. E innumerables veces sonarán en innumerables radios. 
Y como mínimo, me harán tener este tipo de reflexiones y promesas. 
Por suerte llegó la persona que esperaba y me alejó de todo lo que pensaba. Me quedé, una vez más, con esa canción de fondo y mi pasado recuerdo, presente.



2 comentarios:

  1. Yo creo que sin esos momentos la vida no tendría mucho sentido,son inevitables y un poco odiosos,pero son realmente Nuestros y a día de hoy...Eso es un montón.

    Borrachilla ;) Jajaja

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  2. Me encanta cómo describes la situación y me siento identificado por las numerosas veces que en "esas esperas" no tenemos más remedio que pensar inspirados por la música que suena a nuestro alrededor. En mi caso, procuro asociar muchas canciones a los buenos momentos vividos en cualquier período de mi vida, pero nunca a los malos ;-)

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